lunes, 14 de febrero de 2011

Tengo una angustia enraizada en el pecho y atados al rededor de mi cuello algunos cuantos nudos que me ciñen la garganta, los ojos caídos, y la guardia baja.
No se porque te busco si ya deje de encontrarte, no se porque la angustia y los ojos aguados si nada ha cambiado para estar tan triste, ya no se nada, y vos nada sabes de mi... Como si debiera importarte le reclamo al destino, como si me debiera caricias, como si me debiera abrigo.
Encarcelada y rodeada de consuelos que no consuelan, a menos te pido irme...

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