Si muriera hoy en tus brazos
estaría conforme con esa muerte,
si tus labios fueran los últimos
que rosaran mis sienes,
no podría pedirle más
a la vida ni a la muerte
si una palabra de afecto tuya
me despidiera para siempre,
y la felicidad más grande
me invadiría antes de esa muerte
si una lagrima tuya mi avisara
que me hecharas de menos
cuando deje este suelo
y no vuelvas a verme.
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