martes, 1 de junio de 2010

Cavilando... otra vez...

Baje del tren, no había nadie allí esperando, tampoco había hecho lo suficiente para que lo hubiera, así que camine las diez cuadras mientras el punzante frió parecía intentar entrar a mi cabeza... Yo solo rogaba que entrara, quizás para que congelara tu recuerdo que me acosa desde hace días, quizás para que lo espantara. Camine esas, que se me hicieron las mas largas, cuadras con la mirada en el piso y en la nada... había saboreado cada instante pasado en el tren, cerraba los ojos como dedicándome a retener cada segundo, camine pensando en dos fechas una de las cuales me daría lo que tanto estaba anhelando con mayor seguridad que la otra, tu encuentro. Ese que no quiero imaginar ni construir en ilusiones, ese en el que me des lo que me dabas y que ahora tanto añoro, ese en el que no quiero que me preguntes algo a lo que a pesar que te extrañe, responderé otra vez: no...

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