
Tengo una alegría cautelosa después de una noche lujuriosa en tus brazos. Todo fue a tu manera desde el principio hasta el "Hasta luego", desde las galletitas hasta los besos. Todo fue a tu manera y volví a volar en tu mundo y en el mio, y volví a pensar que somos dueños del destino. Sin ilusiones, pero sin desesperanza, con mucha cautela y mucha calma fui a tu ritmo de tu mano por mi camino, de tu mano frente al destino.
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