domingo, 22 de agosto de 2010

Justicia

Justicia. ¿Que es eso? La dulce y pesada mano de la ley. ¿Que ley? La ley de ningún tipo tiene porque ser justa solo es ley, una expresión más de algún poder, terrenal, divino, algo que al menos por ahora no es mi poder (no hablo del divino, porque no lo pretendo). Sumidos bajo sus designios nos encontramos siendo conejillos de laboratorio con los que juega la mano que decide sobre quien recaer, ya en una u otra cosa, laboral, académica, sentimental, o vaya a saber qué. No hay nada que esperar estamos en una ruleta rusa, los planes son metas extrañas por las que intentamos burlar esa mano, por las que intentamos que ella nos tenga piedad para poder realizarlos, a veces esa mano tiene un cuerpo y una mente también, un rostro cierto con nombre, apellido y DNI, a veces esa mano es... de alguien a quien le damos nosotros el poder para decidir. Es difícil y hasta vergonzoso admitir aquello, que a veces estamos en las manos de otro que puede hacer y deshacer, y nosotros nos quedamos perplejos, indignados e indefensos viéndonos muñequecos, marionetas de las decisiones ajenas de las personas con quienes hiciéramos al decir de Rousseau un tácito pacto social, que sin querer queriendo aceptamos sin chistar. Ahora me pregunto yo ¿Cómo renunciar? ¿Se puede? ¿O una vez que lo firmas te hayas sujeto a él para siempre? Aún no lo descubro... o aún no lo decido...

No hay comentarios:

Publicar un comentario