martes, 13 de julio de 2010

¿Hay algo peor y algo mejor que estar enamorado?

¿Hay algo peor y algo mejor que estar enamorado? Aun no lo sé. Es un sentimiento ambiguo que te hace sentir en la cima y tener vértigo a las alturas a la vez. Es algo atroz y maravilloso, nada más contradictorio, nada más trágico y más glorioso.

Hoy estoy así y recuerdo el corto tiempo en que ignore el amor, qué apacible y a la vez qué insatisfactorio.

Me pregunto ahora si alguna vez uno encuentra el equilibrio, ni en la cima con miedo a las alturas ni en la estática expectante de algo que no se atreve a alcanzar justamente por quedarse en la paz de la estática.

Solo se me viene a la mente el poema de Benedetti cuan cierto es, cuanto me identifico con él. No sirve no salvarse, hay que arriesgarlo todo, sino ¿para qué venimos al mundo? No para vivir como vegetales (sin menospreciar a las plantas) pero por algo nos movemos, por algo sentimos, por algo queremos y ciertamente no creo que Dios o quien sea el que nos haya dado estas posibilidades lo haya hecho para que nos quedemos quietos, para como dice aquel poema nos quedemos con solo un rincón del mundo, un tranquilo y apacible rincón. Eso no sirve. Hay que vivir, hay que arriesgar.

Por mi parte quiero creer que arriesgo, sé que se sufre en el amor y de hecho lo siento, pero ¿por qué hemos de sentirlo? ¿Por qué soportamos ese dolor? Sino es porque sabemos que luego de él viene lo mejor, o al menos creemos que viene y vamos a su encuentro.

Yo me arriesgo, no me salvo, el corazón no solo esta hecho para sufrir y no solo esta hecho para amar.

El amor es raro es complejo, una vez escribí esto: Y en la agonía de mi soberbia, en mi reflejo, estaba yo, desarmada, descubierta, atrapada e indagada por mi dolor. El amor hace eso, el amor te desarma, de deja sin refugio, pero eso tampoco es tan malo tampoco es tan radical, después de todo… todo gira alrededor de la misma cuestión, hay que salir de los refugios, hay que vivir, hay que resignarse a que la vida es así y disfrutarla como viene siempre van a haber lagrimas pero también siempre van a haber sonrisas y es en busca de ellas por las que salimos de los refugios, es en busca de ellas que nos hacemos resistentes al dolor, que nos hacemos valientes y enfrentamos el temor, es en busca de ese tesoro tan grato y valioso que decidimos no salvarnos, quedar al descubierto por esa bendita ambición de ser felices. Que la verdad SIEMPRE VALE LA PENA.

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